Hay tres tipos de asuntos en nuestras vidas: los míos, los tuyos y
los de Dios (entendiendo Dios, como universo, fuente, Ser o cualquier
otro nombre que represente la energía superior )
Pasamos gran parte de nuestro tiempo inmersos en asuntos que no nos corresponden.
Por ejemplo si me preocupo por los terremotos, las guerras, el mas
allá o el mas acá, estoy interfiriendo en los asuntos de DIOS, ya que
son cosas que se escapan a mi capacidad de resolver asuntos.
Si por el contrario me sumerjo en lo que deberías hacer TU, o en como
te iría mejor o el porque actúas o no actúas de tal o cual manera
entonces estoy interviniendo en TUS asuntos, estoy ocupando mi vida en
arreglar la tuya y ¿quien soy yo para creer que puedo mangonear en tus
asuntos?¿como puedo saber lo que te conviene a ti, cuando ni siquiera he
investigado que es lo que me convine a mi?
Y no lo he hecho porque estoy gastando todo mi tiempo y mi energía en
solucionar tu vida, con lo cual la mía queda sin dirección y
desprotegida.
Entonces¿quien se ocupa de mis asuntos? Si yo estoy ocupada en los
tuyos ¿quien se ocupa de los míos?así es cuando la vida no nos funciona,
cuando anteponemos las cosas de los demás a las nuestras, aunque sea en
nombre del amor.
Podríamos decir que ocuparnos de nuestros padres o nuestros hijos o
nuestra pareja es prácticamente ocuparnos de nosotros mismos, grave
error, ellos no son nuestros, tienen su propia vida, sus propios
objetivos y sus propias cosas que aprender, a menudo con dolor…
Lo único que podemos hacer al respecto es observar, estar atentos por
si se requiere nuestra ayuda moral, nuestra solidaridad o nuestra
comprensión y tomarnos los acontecimientos como lo que son, sus asuntos,
cosas que ellos deben vivir y solucionar.
Nuestro papel es ocuparnos de como esto nos afecta a nosotros, saber
asumir lo que creemos equivocaciones de los demás, como cosas que no
podemos resolver, porque no nos pertenecen,
En el momento en que tomemos las riendas exclusivamente de nuestra
vida y de como reaccionamos frente acontecimientos ajenos la mayoría de
preocupaciones desaparecerán, estaremos mas relajados y felices y eso
hará que los demás también lo estén.
Puede parecer egoísta porque tenemos la creencia de que debemos
preocuparnos de los demás mas que de nosotros mismos, es solo una
creencia, algo impuesto por la sociedad
La cuestión es al contrario, dejar libertad de decisión y actuación a
las personas que queremos es una prueba de amor incondicional, dejar a
los demás ser quienes son es el mejor regalo que podemos hacerles
¿Acaso no es eso lo que queremos para nosotros mismos?que nos dejen ser quienes somos
Pilar
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